«Hacer un smartphone que tenga un mínimo impacto sobre la sociedad y el planeta». Este ha sido el objetivo inicial que se propusieron los fundadores de Fairphone a la hora de revolucionar el mercado de telefonía celular. El producto es un dispositivo tecnológico que, a la vista, es como cualquier otro, pero que detrás de sí muestra un proceso de producción particular, que se diferencia y distingue de lo realizado hasta el momento.
La iniciativa la puso en marcha en enero de este año un grupo de desarrolladores expertos de Holanda, luego de haberlo presentando como una idea original durante casi dos años. Desde un comienzo, contó con el apoyo de Waag Society, una fundación que promueve la articulación de la experimentación con las nuevas tecnologías, el arte y la cultura.
Comercio justo, trabajo digno y correctamente remunerado, respeto por el medio ambiente son las tres claves que caracterizan ese proceso de elaboración del celular que luego llegará a las manos de los usuarios. Conozcamos más sobre esta excelente iniciativa que demuestra, una vez más, que el avance tecnológico y la sustentabilidad pueden ir de la mano para crear grandes cosas o generar movimientos con impacto.

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