Dentro del plan de actualización tributaria que el Poder Ejecutivo de Santa Fe mandó a la Legislatura está la creación de una tasa inédita en el país: el impuesto verde. La idea consiste en cobrar un monto específico a las industrias en proporción con el uso –y eventual contaminación– que realicen del medio ambiente. El jefe del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Darío Mascioli, solicitó retirar la iniciativa.
La explicación que dio el legislador kirchnerista es que antes de cobrar una “tasa ecológica” el gobierno de la provincia debería otorgar a las empresas radicadas en territorio santafesino plenas garantías en
cuanto a la provisión de gas natural, energía eléctrica y tratamiento de líquidos y residuos industriales.
El planteo de Mascioli fue institucionalizado a través de un proyecto de comunicación que ingresó esta semana a la Cámara baja. No obstante, la actualización tributaria y el Presupuesto 2014 ya está en estudio en el Senado, incluido el artículo que propone que 50 industrias y 32 cerealeras paguen el “impuesto verde” con el objetivo de “lograr mayor eficiencia y eficacia en los procesos productivos de las empresas que tiendan a evitar el daño ambiental”.
Por su parte, el diputado del PJ recordó en su texto que “el gobierno provincial, en su momento, había propuesto ingresar a la Legislatura un proyecto para crear un nuevo tributo en Santa Fe para financiar
las investigaciones en ciencia y tecnología, el impuesto verde, que abonarían todas las empresas productivas instaladas en la provincia de manera proporcional al nivel de contaminación ambiental que generen y, en ese sentido, se apuntaba principalmente a las cerealeras con el fin de recaudar por este concepto la suma de 100 millones de pesos”.
“Esta iniciativa –recordó– se viene estudiando desde hace tiempo en la administración socialista,a punto tal que en el mes de mayo del año pasado, durante la discusión en torno a la reforma tributaria, los
propios funcionarios provinciales confirmaron que se evaluaba diseñar un impuesto verde para el sector productivo que partiese de una suma fija anual que se iría reduciendo año tras año si se respetaban ciertos criterios ecológicos a determinar”.
Sin embargo, para el dirigente del kirchnerismo hoy “esta nueva carga tributaria podría alcanzar, según los mismos funcionarios socialistas, a unas 12.000 unidades productivas de diferente tamaño y escala en la provincia, contemplándose para la determinación de los montos ciertos criterios como emisión de gases contaminantes, vertido de aguas a ríos y arroyos y gestión de residuos peligrosos o tóxicos”.
En realidad, el proyecto en cuestión establece que sólo se cobrará la tasa ecológica a 82 firmas en toda la provincia y que estarán “exceptuadas a las que se le liquiden menos de 100.000 pesos de impuestos”. De todas formas, para Mascioli “este nuevo tributo denominado impuesto verde se aplicaría a las empresas que cumplen con las dos leyes de impacto ambiental vigentes en Santa Fe e igualmente contaminan, porque a las firmas que tienen emisiones por encima de lo permitido ya se les aplican las correspondientes sanciones económicas”.
“Nosotros, que estamos a favor de la no contaminación y la preservación y conservación del medio ambiente, proponemos que antes de volver a cargar con nuevos tributos al sector productivo, hay que resolver las prestaciones en el territorio provincial de gas natural, energía eléctrica y tratamiento de líquidos y residuos industriales en las distintas localidades de la provincia”, fundamentó su posición el diputado justicialista.
La iniciativa, según lo explicado oportunamente por el propio ministro de Economía Ángel Sciara, no tiene por finalidad la recaudación sino incidir sobre los procesos productivos a través de cobrar un impuesto a quienes más contaminen, y así lograr reducir ese impacto. Además, remarcó que el dinero que del tributo surja se destinará a la financiación de la agencia para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en la provincia.
Fundación Pro Tigre y Cuenca del Plata 
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