El objetivo del proyecto, que se está llevando a cabo, es monitorizar los flujos ilegales de residuos eléctricos y electrónicos con el objetivo de cuantificarlos y proponer medidas a la Comisión Europea que permitan reconducir la situación actual en la que la mayor parte de estos residuos terminan gestionados fuera del canal establecido en la legislación vigente con los consiguientes perjuicios medioambientales, sociales y económicos que ello conlleva.
Junto al director gerente de Recilec, Leonardo Díaz, y los miembros de Interpol, también se dieron cita en la jornada, representantes de la Guardia Civil y la Policía Nacional para conocer sobre el terreno los procesos más vanguardistas de tratamiento de estos residuos y la problemática a las que las plantas autorizadas se están enfrentando por la cada vez más creciente cantidad de residuos que transitan por canales ilegales. Se da la circunstancia de que la empresa aznalcollera es la más grande de España y una de las más importantes de Europa dentro de su sector debido a que contiene todas las líneas de reciclaje de productos.
La portavoz de la Unidad de Seguridad Medioambiental de la Interpol,Therese Shryane, ha señalado que «los datos de los que disponemos ahora indican que la media de los residuos recogidos en España está por debajo de la media europea, lo que significa que hay un flujo invisible de residuos que no se sabe cómo se están tratando». «Hay una serie de materiales que son muy caros de producir y si se canalizan por la vía legal ayudaremos tanto al medio ambiente como la economía», declara Shryane, quien añade que «en caso contrario tendrán que ser adquiridos fuera de la Unión Europea lo que supone un varapalo a la política económica comunitaria».
Las medidas propuestas en las jornadas serán presentadas ante la Comisión de la Unión Europea, y ésta dictará las directivas teniendo en cuenta los informes del proyecto y será el momento en el que España finalmente hará la transposición a nuestra legislación. El propósito es que los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se queden en Europa para que las industrias lo aprovechen, tengan una segunda vida y las factorías de sus países miembros no tengan que acudir a las explotaciones mineras para extraer la materia prima.
Un miembro de la planta de Recilec declaraba que «hay que reciclar lo máximo posible, ya que en el caso contrario, no habrá suficientes materiales para nuestros hijos y nietos». Cabe destacar que en las instalaciones de dicha empresa se convierte, por ejemplo, el plástico de las carcasas de los monitores de los ordenadores para que puedan llegar a ser perchas o que cualquier tipo de elemento metálico es prácticamente reutilizable en su totalidad, una vez pasado por un determinado proceso. Televisores, frigoríficos, microondas, pequeños electrodomésticos y demás, sin uso o defectuosos, han de ser depositados en puntos de reciclaje para que se conviertan en otros productos y así beneficiar al medio ambiente.


Deja un comentario