Casi la mitad se producen en la provincia de Buenos Aires, informó la directora del programa E-Basura, Viviana Ambrosi, una iniciativa cuyo su objetivo es «explicar que la e-basura contamina, por lo que hay que hacer algo antes de que nos tape».
Así, además de mitigar el impacto ambiental causado por los aparatos desechados en el territorio provincial, el programa busca reducir la brecha digital y social que representa el costo de adquisición de equipamiento tecnológico, destinando el material recuperado a entidades de bien público y sin fines de lucro para la alfabetización digital.
A partir de la iniciativa, un equipo compuesto por 30 personas, entre alumnos y docentes, recibe donaciones de equipos que no se usan, los recicla y los envía a establecimientos educativos y otras organizaciones.
Desde que el proyecto se puso en marcha, fueron beneficiados 68 jardines, primarias y secundarias, 63 comedores, 5 bibliotecas, 5 museos y 23 instituciones de arte e investigación, con lo unas 34 mil personas accedieron a la posibilidad de alfabetización digital (15.128 alumnos, 7.866 asistentes a comedores, 1851 asistentes a bibliotecas, 9757 asistentes a museos, 30 alumnos universitarios para uso en robótica y arte, y otras 50 personas).
«Todo lo que usa corriente para funcionar tiene algún componente reciclable. Uno tira cosas muy simples y eso puede estar colaborando el medio ambiente. Hoy estamos enterrando recursos naturales no renovables», explicó Ambrosi, quien además es directora de Medio Ambiente de la UNLP.
Por su parte, especialistas de la dirección provincial de Sistemas de Información y Tecnologías bonaerense (Dpsit) explicaron que, en promedio, los equipos informáticos tienen un 3 por ciento de elementos potencialmente tóxicos, como plomo, mercurio, berilio, selenio, cadmio y cromo, además de sustancias halogenadas y otras ignífugas, como el arsénico y el amianto.
No obstante, los técnicos aclararon que los componentes informáticos no contaminan mientras estén en funcionamiento o almacenados correctamente, y detallaron que se puede recuperar y reciclar diversos componentes de cada equipo.
Por eso, la Dpsit recomendó no sacar a la calle ni arrojar a la basura monitores, computadoras o impresoras en desuso y, por el contrario, exhortó a los usuarios a llevarlos a centros de reciclado.
La directora de E-Basura explicó que entre un 10 y un 25 por cient de las computadoras que reciben como donación «se pueden llegar a reparar y donar».
«Los problemas empiezan cuando los desechos se mezclan con residuos naturales, la basura común y el agua de lluvia, y comienzan un estado de descomposición y generan problemas para la salud porque estos aparatos son fabricados con elementos tóxicos», afirmó Ambrosi.
En esta línea, la UNLP y el gobierno provincial llevaron adelante la quinta campaña de recolección de equipamiento informático en desuso, para generar conciencia y evitar que los desechos electrónicos dañen al medio ambiente.
Desde ahora, las dependencias provinciales acercarán al Programa E-Basura el equipamiento informático que ya no utilicen para que desde allí se las pueda reciclar.

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