Los plásticos no se descomponen espontáneamente en otros compuestos, lo que por supuesto es una de las principales ventajas de su uso, pero también da lugar a la acumulación de plásticos en el ambiente. Los componentes y aditivos utilizados en los plásticos pueden ser peligrosos o perjudiciales para la salud humana y el ambiente.
Si no se gestionan correctamente, al final de su vida útil su estabilidad innata los convierte en una contaminación persistente en los entornos marinos y terrestres, además de causar trastornos en las infraestructuras de ingeniería civil, como los sistemas de alcantarillado y los drenajes. Además, como la mayoría de los plásticos se producen a partir de petróleo crudo, la quema a cielo abierto y la incineración no controlada de plásticos son una fuente de emisiones de gases fósiles de efecto invernadero, que son perjudiciales para el ambiente y la salud humana.

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